lunes, 10 de diciembre de 2012

Si piensa José Graziano da Silva que se manda solo, esta muy equivocado,




Foto de Dulce Alejandra (Dalexa)

Quiero confesar que yo no podría comer grillos. Me recuerdan mi infancia y a Cri-Cri.  Seria como  comerme a Gabilondo Soler. Se  debe tener en cuenta que mi estudio es una propuesta teórica.

La vida es todo una serie de casualidades. Mis amigos del Reino Unido me han escrito porque han descubierto que los grillos machos utilizan su repetitivo canto para atraer a sus potenciales parejas, de modo que cuanto más enérgica es la trova, mayor es el tamaño del grillo. 

En este caso a los tenores no les hace falta afinar la garganta: basta con frotar sus alas haciendo que produzcan una vibración resonante e intensa. En cierto modo, el mensaje que emiten es: “Estoy aquí y soy grande”. El sonido sirve para que las hembras localicen a los machos y les permite discernir si se trata de un individuo de gran tamaño. Los machos más grandes son mejores a la hora de buscar recursos en la naturaleza.

El canto no solo depende del tamaño. Los grillos de árbol, diminutos, casi transparentes y muy escasos, son capaces de cambiar el tono de su canto con la temperatura. La especie Oecanthus henryi, canta con un agudo y chirriante tono de 3,6 kilohercios (kHz) cuando la temperatura es de 27 grados centígrados, mientras que ese mismo canto se convierte en un profundo grave de 2,3 kHz si la temperatura es de 18 grados.

 Natasha mi amiga que esta al frente del estudio ha llegado a la conclusión de que a medida que las alas de estos insectos se alargan, la frecuencia y la amplitud de los diferentes modos de vibración se acercan y comienzan a fusionarse entre sí. La frecuencia del canto de estos animales no está relacionada con su tamaño, sino con la velocidad a la que el grillo de árbol es capaz de mover las alas.

Debido a que se trata de animales de sangre fría, la temperatura influye en su actividad, de modo que tienen más energía y cantan más rápido y con una frecuencia más alta a medida que la temperatura aumenta. Por lo tanto, el canto del grillo también contiene información "meteorológica": cuanto más agudo es, más calor hace.

 Supongo que este invierno hará mucho frió. Por ningún lado se mira a un grillo en esta ciudad.



  

¡No se me ha olvidado, ni por un momento y si piensa José Graziano da Silva que se manda solo, esta muy equivocado, 
esto no se queda así! Acabo de enviar una carta a a la ONU, al Secretario Ban Ki- moon exponiendo mi queja, por la falta de atención de la FAO a mis propuestas. 

Esperare su respuesta y se los comunicaré. 

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